Mi querido amigo,
La cistitis es un trastorno frecuente y molesto que afecta a muchas personas, sobre todo a las mujeres.
Si alguna vez ha padecido cistitis, sabrá lo dolorosa y debilitante que puede llegar a ser. Pero, ¿sabías que las enzimas de la leche podrían ofrecer una valiosa ayuda para combatir este trastorno? 🤔
En este artículo, exploramos el papel de las enzimas de la leche en la lucha contra la cistitis y el restablecimiento del equilibrio de la flora bacteriana. Descubriremos qué tipos de enzimas lácteas son los más adecuados y cómo actúan para combatir la Escherichia coli, principal responsable de las infecciones urinarias.
Así que si quieres encontrar un alivio natural y duradero para la cistitis, sigue leyendo y descubre cómo las enzimas de la leche pueden convertirse en tus aliadas en la lucha contra este molesto problema.
Aunque el lugar más comúnmente asociado con los microbios beneficiosos es el intestino (especialmente el grueso), hay varios lugares dentro y fuera del cuerpo que albergan microbios buenos.
Estos lugares están en contacto con el «mundo exterior» e incluyen:
La principal tarea de los probióticos, o bacterias buenas, es mantener un equilibrio saludable en el organismo.
En otras palabras, es como si mantuvieran el cuerpo en un estado de neutralidad. Cuando uno se pone enfermo, las bacterias malas entran en el cuerpo y aumentan en número. Esto «altera» el equilibrio del organismo.
Así, las bacterias buenas combaten las malas y restablecen el equilibrio en el organismo, haciéndonos sentir mejor.
En última instancia, las bacterias buenas mantienen la salud favoreciendo la función inmunitaria y controlando la inflamación. Pero hay tipos específicos de bacterias que también realizan otras funciones importantes, como:
Este equilibrio se produce de forma natural en nuestro cuerpo todo el tiempo. Por lo tanto, no es necesario tomar suplementos probióticos para que esto ocurra.
Pero esta afirmación cambia cuando aparece la cistitis.
Antes hemos dicho que las bacterias buenas ayudan a nuestro organismo a combatir las malas, o patógenas, porque pueden causar enfermedades o infecciones.
En concreto, las bacterias buenas más comunes pertenecen a la especie Lactobacillus, y desempeñan una función fundamental. En la práctica, crean una especie de membrana que recubre las mucosas, impidiendo que las bacterias malas se adhieran y proliferen.
También mencionamos que esta función protectora se produce de forma totalmente natural, sin necesidad de suplementos de enzimas lácteas.
Pero, ¿qué ocurre en casos especiales, como la tan temida cistitis?
Debes saber que hay situaciones en las que se altera el equilibrio de las bacterias buenas; algunos ejemplos son:
En estos casos, las bacterias buenas no consiguen contrarrestar la proliferación de las patógenas, desencadenando consecuencias como la cistitis.
Por este motivo, es muy importante restablecer la flora bacteriana. ¿Y cómo hacerlo? Pues tomando enzimas lácteas.
Dicho esto, una aclaración es importante y necesaria.
Para reequilibrar correctamente la flora bacteriana, no basta con tomar probióticos «a tientas«: en otras palabras, desaconsejo encarecidamente el bricolaje, y con razón.
No todas las enzimas lácteas son iguales, lo que significa que no todas son adecuadas para tratar la cistitis.
Por ello, es muy importante consultar siempre a su médico.
En cualquier caso, os dejo con una pequeña lista de los probióticos más adecuados en esta situación:
Así que si quieres saber más, descubre cómo funcionan las enzimas lácteas Dimann Flor o, si lo prefieres, ponte en contacto conmigo, ¡estoy aquí para ayudarte! 🥰
Te abrazo fuertemente,
Lorenza
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Los probióticos, o bacterias buenas, contribuyen a mantener un equilibrio saludable en el organismo. Se encuentran principalmente en el intestino, pero también en otros lugares como la boca, la vagina, las vías urinarias, la piel y los pulmones.
Los fermentos lácticos, en particular los pertenecientes a la especie Lactobacillus, crean una membrana protectora sobre las mucosas, impidiendo que las bacterias patógenas se adhieran y proliferen. En la situación de cistitis, en la que se altera el equilibrio de las bacterias buenas, tomar enzimas lácteas ayuda a restablecer la flora bacteriana y a contrarrestar la cistitis.
Algunas de las enzimas lácteas recomendadas para combatir la cistitis son: Lactobacillus Plantarum, Bifidobacterium Longum, Saccharomyces Boulardii, Lactobacillus Acidophilus DDS-1 y Lactobacillus Rhamnosus. Siempre es aconsejable consultar a su médico para determinar qué enzimas lácteas se adaptan mejor a su caso.