Amigo,
Ahora sabemos cómo la proximidad del ano-uretra en las mujeres puede facilitar la captación de bacterias fecales en la vejiga.
Pero eso no es todo: ¿estamos seguros de que el tránsito de bacterias dentro de nuestra vejiga no pasa también por otras vías?
Por eso hoy queremos aclarar de una vez por todas la correlación entre la cistitis, los intestinos y la alimentación. Lo haremos de un modo especial, con la ayuda de un profesional de la nutrición: el Dr. Alessio Fabbricatore, biólogo nutricionista especializado en nutrición funcional.
Comencemos.
La mayoría de las cistitis están causadas por infecciones bacterianas y las bacterias responsables proceden de nuestros intestinos. Un ejemplo es Escherichia coli, responsable del 80-90% de las cistitis bacterianas.
¿Cómo es posible que estas bacterias pasen desapercibidas en el interior de nuestra vejiga (que, desde luego, no está hecha para albergar a estas malvadas criaturitas)?
Hemos planteado ésta y otras preguntas al Dr. Fabbricatore para aclarar de una vez por todas la conexión cistitis-intestino.
Evaluamos la anatomía. El intestino, que ocupa todo el abdomen, está muy cerca de la vejiga y no puede evitar influir en su entorno, sobre todo cuando el intestino está inflamado, funciona mal o está estreñido.
Obviamente, en condiciones normales, esto no debería ocurrir, pero ¿quién de nosotros puede afirmar que tiene una microbiota perfectamente sana y, en consecuencia, un intestino mínimamente no inflamado?
Volviendo al estreñimiento, intento explicar por qué es tan crucial, sobre todo en pacientes con antecedentes de ITU recurrente, tener evacuaciones regulares (pero también satisfactorias) todos los días. En caso de estreñimiento, el intestino es incapaz de expulsar el contenido fecal de forma regular y, puesto que las heces están compuestas en su mayor parte por bacterias en peso seco, esta gran masa de bacterias normales del intestino no se excreta.
Además, el estreñimiento sigue provocando inflamación y ahí es donde se produce un fenómeno que ahora es mucho más frecuente de lo que pensamos: la pared de nuestro intestino se vuelve permeable(Leaky Gut). Normalmente, el intestino tiene una capa de células tan apretada que forma una empalizada selectiva que sólo permite el paso de los «componentes básicos necesarios para la vida», pero no permite el paso de «moléculas extrañas» (alérgenos, bacterias, etc.). Sin embargo, puede volverse mucho más permeable debido a la inflamación y permitir el paso libre de alérgenos alimentarios y gérmenes patógenos de la luz intestinal a la circulación sanguínea y linfática o directamente a los órganos vecinos (como la vejiga).
Ni que decir tiene que un intestino estreñido con una gran masa bacteriana estancada y no bien protegida por una mucosa inflamada y, por tanto, más permeable, provoca inflamación y penetración de bacterias a nivel urológico.
Numerosos estudios han establecido ahora que es el intestino el reservorio de las bacterias que normalmente causan la cistitis, pero también se sabe ahora con certeza que las ITU recurrentes suelen ir precedidas de la llamada «floración intestinal de uropatógenos». En la práctica, nuestra microbiota se altera, se desequilibra y ciertas especies bacterianas proinflamatorias toman el control, lo que conduce a lo que se denomina disbiosis intestinal.
Síntomas definitivamente intestinales, es decir, deposiciones alternas, hinchazón abdominal, dificultades digestivas, reflujo gastroesofágico. Sin embargo, dado que el intestino es el órgano inmunocompetente más importante de nuestro cuerpo y contiene una enorme porción de nuestro sistema inmunitario, un estado de permeabilidad intestinal pone a prueba a todo nuestro organismo. Pueden desarrollarse muchas sensibilidades e intolerancias alimentarias, así como problemas cutáneos (dermatitis, rosácea, erupciones cutáneas y pápulas repentinas), migrañas, artritis y, por desgracia, incluso enfermedades autoinmunes.
Definitivamente, al especialista en ginecología y gastroenterología.
Esperemos que podamos alejarnos de la visión tan restrictiva de compartimentar el organismo. Esta práctica da lugar a centrarse sólo en los síntomas y, por tanto, en la parte enferma, que no es más que la punta del iceberg del problema que se intenta abordar. Debemos volver, en otras palabras, a una visión global e integrada del paciente.
La dieta es lo que más influye en las comunidades microbianas intestinales de los seres humanos sanos. Aproximadamente el 75% de los alimentos de la dieta occidental tienen poco o ningún beneficio para la microbiota del intestino inferior. La mayor parte, sobre todo los hidratos de carbono refinados, ya se absorbe en la parte superior del tubo digestivo, y lo que llega al intestino grueso tiene un valor limitado, ya que sólo contiene pequeñas cantidades de minerales, vitaminas y otros nutrientes necesarios para mantener la microbiota.
Por tanto, la nutrición es un factor clave para reducir la inflamación intestinal.
Agradecemos al Dr. Fabbricatore su tiempo y su valiosa contribución.
El Dr. Alessio Fabbricatore recibe en Salerno y Nocera Inferiore. Sigue su perfil de Instagram para obtener más información (@dr.alessiofabbricatore).